jueves, 30 de diciembre de 2010

NOTA DE PRENSA DE LA ASOCIACIÓN MEMORIA HISTORICA Y JUSTICIA ANTE LA PRESENTACIÓN DEL MAPA DE FOSAS

Ante la presentación del mapa de Fosas que la Junta de Andalucía realizó ayer la AMHyJA tiene algo que decir.
NOTA DE PRENSA DE LA ASOCIACIÓN MEMORIA HISTORICA Y JUSTICIA ANTE LA PRESENTACIÓN DEL MAPA DE FOSAS
Con respecto a la presentación del Mapa de Fosas Comunes en Andalucía  realizada por el viceconsejero de Gobernación y Justicia, José Antonio Gómez Periñán  y Juan Gallo González, Comisario de la Memoria Histórica,  la Asociación Andaluza Memoria Histórica y Justicia manifiesta lo siguiente:

- Que los resultados de este Mapa de Fosas son el fruto del trabajo que subvencionado por la Junta y avalado por la Universidad, ha sido realizado por diferentes Asociaciones de Memoria Histórica de nuestra comunidad andaluza.
- Que hace tiempo que las asociaciones estamos esperando que de manera oficial se nos comunicara los resultados de este trabajo, entregado a la Junta de Andalucía hacer ya más de dos  año.
- Que este trabajo no es propiedad de la Junta de Andalucía, ni de la Universidad, ni siquiera de las Asociaciones que con gran esfuerzo lo hemos realizado. Que pertenece a la sociedad civil y que forma parte de la deuda moral e histórica que este país les ha negado hasta ahora a las víctimas del golpe de estado fascista del año 1936 y a sus familiares.
- Que con gran sorpresa para las Asociaciones memorialistas, los datos de este ingente trabajo se han presentado a los medios de comunicación sin que las Asociaciones hayamos sido informadas de ello , ni invitadas a tal presentación, que sin duda obedece a intereses desconocidos por nosotros.
- Que a través de este comunicado hacemos llegar a la opinión pública nuestra malestar e indignación por tal hecho y que solicitaremos formalmente a la Junta de Andalucía que aclare a la sociedad y a las Asociaciones memorialistas el motivo de tanta precipitación en un presentación que se tenía que haber planificado conjuntamente con aquellas organizaciones que hemos participado en su elaboración.
-Las Asociaciones hemos realizado el trabajo de campo y nos hemos recorrido todos los municipios de Andalucía, para que entre familiares y víctimas, a través de la documentación oral, preferentemente,  componer el puzle del Mapa de Fosas de Andalucía, que ha estado olvidado más de 70 años.  Es un trabajo de muchos que no deben capitalizar algunos.

Los hombres y mujeres que formamos las asociaciones de Memoria Histórica esperamos que el año que entra 2011, nos traiga la Verdad, la Justicia y la Reparación que las víctimas de la represión fascista se merecen y que la Administración Pública y los partidos políticos estén a la altura de ello.

Asociación Andaluza Memoria Histórica y Justicia.

España debe bajar su déficit en 9,4 puntos porcentuales ...

Llegui, llegiu....

Com està el pati, no?

Bon 2011, amigues i amics...



España debe bajar su déficit en 9,4 puntos porcentuales en la próxima década, una de las reducciones más drásticas del mundo, según el Fondo Monetario Internacional... que además pide un recorte en las prestaciones sanitarias de nuestro país para reducir la deuda. Menudo panorama.

¿No creéis que ha llegado el momento de coger el toro por los cuernos?... y recortar primero:

*       ELIMINAR EL SENADO: ES UNA CÁMARA INÚTIL, DICHO POR LOS MISMOS SENADORES, NORUEGA, SUECIA, DINAMARCA, NO TIENEN SENADO, ALEMANIA SOLO 100 SENADORES, EE.UU. UN SENADOR POR CADA ESTADO. LOS GRANDES TEÓRICOS DEL DERECHO INTERNAC. Y CONSTITUCIONAL (DUVERGER, JELLINEC, ETC.) OPINAN QUE ES UNA CÁMARA INNECESARIA, PRESCINDIBLE Y QUE ESTÁ EN EXTINCIÓN. ESPAÑOLES: ¿POR QUÉ TENEMOS QUE MANTENER A 260 GANSOS, INÚTILES, UNA CÁMARA ESTÉRIL, VACÍA DE CONTENIDO, YA PASADA DE MODA. ¡¡ FUERA EL SENADO, YA!!!ELIMINÁNDOLO AHORRAREMOS 3.500 MILLONES ¤  CADA AÑO.
*       LA PENSION VIATALICIA DE TODOS LOS DIPUTADOS, SENADORES Y DEMÁS "PADRES DE LA PATRIA".
*       ELIMINAR LAS DIPUTACIONES PROVINCIALES QUE SON PESEBRERAS DE LOS ARRIMADOS AL PODER Y NO HAN PODIDO HACER CARRERA EN EL PARLAMENTO
*       REVISAR LOS SUELDO DE ESTOS ALCALDILLOS DE TRES AL CUARTO QUE SE PONEN LOS SUELDOS QUE LES DA LA GANA (Ej. El actual de Calviá, Mallorca que cobra más que el Presidente del gobierno de España).
*       CAMBIAR LAS LEYES, Y ADEMAS DE CARCEL PARA LOS LADRONES, OBLIGAR A QUE TODO EL DINERO QUE HAN ROBADO LOS POLITICOS Y DEMAS "ADJUNTOS"  VUELVA A LAS ARCAS DE LAS COMUNIDADES DONDE HAN SIDO ROBADAS. (ej. Pachulis, Pantojas, Gurtel, Camps, Matas, Munar, etc.. etc..)
*       TODOS los coches oficiales (cosa que se hizo hace 40 años y en los Pactos de la Moncloa y funcionó, "no es posible que tengamos mas coches oficiales que USA"),
*       Anular TODAS las tarjetas VISA oficiales (que cada uno baile con su pañuelo) y poner en la calle a TODOS los "cargos de confianza" (tenemos funcionarios de sobra para encargarse de esas labores).
*       TODOS los diplomáticos excepto un embajador y un consul en cada pais.  ("No es posible que malgastemos en esto mas que Alemania y El Reino Unido")


Con eso, y con rebajar un 30% las partidas 4, 6 y 7 de los PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO (adios "transferencias a  partidos políticos, fundaciones opacas y chupopteros varios") se ahorrarían mas de 45.000 millones de Euros, no haría falta tocar las pensiones y los sueldos de los funcionarios. Tampoco haría falta recortar 6.000 millones  de Euros en inversión pública. Congelar las pensiones es injusto, es desconocer unos derechos adquiridos, condenar al hambre a muchos de aquellos que merecen nuestro respeto. Reducir el sueldo de los funcionarios es injusto, es desconocer unos derechos adquiridos de trabajadores, muchos de los cuales también merecen nuestro respeto.
Recortar las inversiones públicas en 6.000 millones de Euros es un disparate, en estos momentos, en los que necesitamos que alguien gaste para que la actividad económica no se detenga.
Tiene razón el FMI cuando dice que "un buen plan de ajuste podría incluso acelerar la actividad económica",
CON LA MITAD DEL DINERO QUE SE RECAUDARIA CON ESTAS MEDIDAS, SE ACABABA LA CRISIS DE CUAJO !!!!
Difundid este mensaje, ya es hora de que todos seamos conscientes de la grave situación a la que nos enfrentamos.

Pedro Sogo Sanchez















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miércoles, 22 de diciembre de 2010

eurococ@s deflación, si gracias!!!

La deflación es la pesadilla de los economistas. Es uno de los fenómenos que pueden aparecer durante las crisis de sobreproducción, como la actual: al haber más oferta que demanda, los precios en lugar de subir (inflación), bajan. El problema es que la deflación induce a reducir el consumo, ya que sale más barato retrasar las compras. Y el consumo es la gasolina de la economía capitalista: si no hay consumo, hay que reducir la producción y todos pierden: las empresas reducen sus ventas, las inversiones y su plantilla (y, a menudo, sus beneficios), los Estados su recaudación, y los trabajadores acaban en el paro.
Si en una crisis se llega a producir deflación, se entra en una espiral de destrucción del tejido productivo y ahondamiento de la crisis de la que es muy difícil salir. Es lo que le ocurrió a Japón en los ‘90 en lo que se conoce como la “década perdida”. De esa experiencia no ha salido ninguna fórmula para combatir esta situación. De ahí el pánico a la deflación. Todo este análisis está hecho asumiendo que la única forma de mantener sana la economía es creciendo.
Pero si dejamos de lado el dogma del crecimiento económico, la valoración que se hace de la deflación es muy distinta. Si en lugar de asumir que el objetivo del sistema es maximizar la producción, partimos de que su objetivo es satisfacer las necesidades de la población, todo cambia. Desde esa perspectiva, la deflación se ve como un mecanismo corrector de la sobreproducción al racionalizar el consumo, ya que, en un escenario de deflación, el consumidor tiende a ajustar su consumo a lo necesario.
Y si se consume menos, también se producirá menos, llevando al sistema productivo a su dimensión adecuada. Pero la banca y sus gobiernos no lo ven así, y en lugar de redimensionar el sistema económico, se le quiere devolver a la sobreproducción que ha desembocado en cataclismo.
Por tanto, la deflación en sí no es mala, sino todo lo contrario. Pero, ¿cómo evitar el aumento del paro en una economía en recesión? La respuesta es evidente: repartiendo el trabajo. Los avances técnicos hacen que se necesite mucho menos trabajo que hace décadas para producir lo necesario para satisfacer las necesidades de la población, pero seguimos trabajando las mismas horas diarias que hace casi cien años. ¿Para qué? Para mantener el crecimiento, aunque hace tiempo que éste no sea necesario ni deseable en el mundo occidental. No es necesario, porque producimos más de lo que necesitamos. Y no es deseable porque es materialmente insostenible en un planeta que tiene sus recursos limitados, y porque condena a la población a repartir su vida entre el trabajo para producir y el consumo para sostener esa producción, sin dejar tiempo para un ocio dedicado a las relaciones familiares y sociales, las actividades culturales, lúdicas, etc. Hay que aplicar la técnica no para producir más, sino para hacerlo mejor, en menos tiempo y sin destruir empleo.
Otro aspecto que aterra a los detractores de la deflación es la pérdida de valor de los bienes acumulados, cuyo precio desciende con el tiempo. Pero no hay tal pérdida si el valor que damos a las cosas es su valor de uso y no su valor de mercado. Para entender esto, un buen ejemplo es el de la vivienda.
A quien la compra para vivir en ella, le da igual el valor de mercado que pueda alcanzar su vivienda, puesto que necesitándola para vivir no la va a vender. Y si la vende, el dinero que ingrese será equivalente al que se gaste en comprar otra. Sólo hay pérdida de valor para el especulador que compra una vivienda con la única intención de volver a venderla más tarde y obtener con ello un beneficio, y no para vivir en ella. Uno de los grandes vicios de este sistema es haber convertido absolutamente todo, incluso los bienes de primera necesidad, en mercancía. Sobre esa deformación la deflación tiene un efecto purgante: expulsa del sistema económico los elementos especuladores y no productivos, pues éstos dejan de tener el aliciente de comprar y acumular bienes para revenderlos cuando los precios hayan subido lo suficiente, dado que los precios, en lugar de subir, bajan.
En definitiva, la deflación es una bendición para la economía, un mecanismo de ajuste que redimensiona el sistema productivo y el consumo ajustándolos a los niveles necesarios, y que castiga al sector improductivo de la economía que son los especuladores, encabezados por la banca. Estos ajustes son muy necesarios cuando llevamos décadas aumentado irracional e insosteniblemente el consumo en los países ricos para poder seguir alimentando el crecimiento.
Si no entendemos así la deflación y no reaccionamos en sintonía, reduciendo la producción y el consumo y repartiendo el trabajo, lo vamos a pasar todos muy mal. El edificio económico que hemos habitado en el último siglo se derrumba. Ante ello tenemos dos opciones: intentar el imposible de apuntalarlo insistiendo en las fórmulas de siempre o desmontarlo ordenadamente, apostando por el decrecimiento. De momento, los gobiernos han optado por lo primero, y los cascotes ya están cayendo sobre nuestras cabezas.
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jueves, 16 de diciembre de 2010

¿QUE HA PASADO EN CATALUÑA?

Us recomano aquest article del professor Viçens Navarro, publicat al diari "Público" el 16/12/2010:


La coalición de izquierdas que ha gobernado Catalunya desde 2003 (PSC, ERC e ICV-EUiA) ha sido derrotada, y ello a pesar de que ha hecho durante sus siete años de gobierno, 2003-2010, cambios sustanciales, mayores que los realizados –durante un periodo comparable de tiempo (1996-2003)- por la coalición de derechas (CiU), constituida por un partido liberal y un partido cristianodemócrata, que sustituyó en 2003, y que ahora ha reemplazado al tripartito de izquierdas. ¿Por qué ocurrió esta derrota?
Para entender lo ocurrido en Cataluña, es importante utilizar los indicadores adecuados del fenómeno que se analiza. Y para evaluar el apoyo popular no se puede tomar como indicador de este apoyo el número de escaños que ha obtenido un partido. Lo que debe hacerse es mirar el porcentaje de votos que ha recibido tal opción política sobre el total de personas que podían votar, es decir, el electorado. Tomando estos indicadores podemos ver que durante el periodo 2003-2010 (periodo de gobierno del tripartito), CiU descendió durante los primeros tres años, pasando de obtener un 19.3% del electorado en 2003 a un 17.6% en 2006 para luego remontar a un 22.3% en 2010. El PSC descendió de un 19.4% en 2003 a un 15.0% en 2006, perdiendo incluso más en 2010, pasando a 10.6%. ERC pasó de 10.3% (2003) a un 7.8% (2006), bajando incluso más, a un 4.1% (2010). El PP tuvo un bajón, pasando en 2003 del 7.4% al 5.9% en 2006, para remontar en 2010, alcanzando un 7.2%, un porcentaje, por cierto, menor que en 2003. ICV subió de 4.6% en 2003 a 5.3% en 2006, para bajar de nuevo a 4.3% en 2010. Ciutadans también ha subido de 1.7% en 2006 a un 2% en 2010, y Solidaritat Catalana per la Independència, ganó un 1.9% en 2010, único año que se presentó. La abstención subió del 2003 al 2006, pasando de 37.4% a 43.9%, para descender de nuevo ligeramente a 40.06% en 2010. Además de las variaciones entre los que votaron (sujeto del análisis de este artículo) lo que hay que señalar es la persistencia de una enorme abstención en las elecciones autonómicas de Cataluña (hecho que también analizaré en este artículo).
De estos datos podemos ver, entre otros hechos, que el PP consiguió un porcentaje menor ahora que en 2003, al principio del tripartito, pasando de ser un 7.4% del electorado en 2003 a 7.2% en 2010. No pueden considerarse los escaños como indicadores de apoyo popular, pues las reglas electorales en Cataluña, que como en España, son escasamente proporcionales no permiten ver el grado real de apoyo que las opciones políticas tienen. La única manera de mirar el apoyo electoral es ver el número de votos que ha recibido sobre el total del electorado. Y utilizando este método de análisis, junto con análisis del comportamiento electoral por distritos electorales, podemos entender fácilmente lo que ha ocurrido en Cataluña en las últimas elecciones autonómicas. Las bases electorales de las derechas, sobre todo las nacionalistas conservadoras, estaban muy movilizadas y, en cambio, las bases electorales de las izquierdas estaban muy desmovilizadas, con amplios sectores de estas bases enfadados con el tripartito. Esta desmovilización fue incluso más importante para explicar la derrota del tripartito que la movilización de las derechas.
De lo que no se está hablando: La movilización de las derechas
Mucho se ha escrito ya sobre la desmotivación y/o enfado de las bases de los partidos de izquierda Pero muy poco se ha dicho de las movilizaciones de las bases de los partidos de derechas. Varias son las causas de la movilización de las derechas. Una, importante, es que las propias reformas llevadas a cabo por las izquierdas gobernantes antagonizaron a las derechas. Como bien dijo en una ocasión el gran líder de la socialdemocracia europea, Olof Palme, “es imposible hacer reformas sin antagonizar a los poderes fácticos que se oponen a ellas”.
Tanto la Iglesia, como la patronal y la banca, así como el 20% de renta superior de Catalunya, estaban enojados con las reformas de los gobiernos de izquierdas, bien del gobierno socialista español, bien del gobierno tripartito, tales como la corrección de la historia de Catalunya (mediante la recuperación de la memoria histórica), la aprobación del matrimonio homosexual, la promoción de la laicidad, y otras reformas que la Iglesia consideró como agresivas. En realidad, muchas de estas reformas habían sido relativamente menores, pero la Iglesia no toleraba que su enorme protagonismo, heredado de la dictadura, se diluyera. Durante la visita, claramente política, del Papa, éste definió a la Iglesia (tanto durante la Guerra Civil, como ahora) como ”víctima” de la agresión laicista. Su intento era la movilización de los fieles para defender a la Madre Iglesia. Pocos días después de haber visitado el Papa Cataluña, la Iglesia catalana llamó a la beatificación de los “mártires” de la Cruzada en la Guerra Civil. Todo esto ocurría pocos días antes de las elecciones. Esta llamada a la movilización de los fieles a votar a los partidos de derecha se hizo en los medios de información y persuasión en los que ejerce considerable influencia, incluidas la televisión y radio públicas de la Generalitat (TV3 y Catalunya Ràdio), que con notables excepciones, estaba controlada por los profesionales heredados de las etapas anteriores al gobierno tripartito, próximos a CiU.
El mismo domingo, día de las elecciones, en el programa religioso que emite TV3 cada domingo por la mañana se enfatizó en el día de las elecciones, la importancia de los valores católicos para la salud moral del pueblo catalán, señalando la importancia de que la familia (su versión conservadora) fuera el eje de la sociedad catalana. El candidato cristianodemócrata Durán i Lleida, había estado enfatizando durante la campaña que el gobierno de izquierdas -el tripartito- era insensible a las familias catalanas, acusación que no se correspondía con los hechos, pues tal gobierno había gastado tres veces más en apoyo a las familias durante el periodo 2003-1010 , que CiU durante el tiempo equivalente (1994-2003). La supuesta “persecución” de la Iglesia, de la que el Papa había acusado maliciosamente a las izquierdas, le permitía a la Iglesia tener cada domingo una hora de propaganda religiosa (y política) en el canal público (TV3), que utilizó aquel domingo para alentar a sus fieles a que votaran por CiU o por el PP (sin mencionarlos). Y en las iglesias, tanto el sábado por la noche como el domingo por la mañana, los sacerdotes acentuaron la necesidad y obligación a los católicos de que votaran para que defendieran los valores de la iglesia. Yo fui testigo de una de estas arengas. Asistí a la misa en la Basílica de Santa María del Mar a las 7 de la tarde del sábado anterior (no como creyente, que no lo soy, sino como observador). El sacerdote oficiante pidió a los fieles que rezaran y pidieran a Dios que iluminara a los votantes del día siguiente para que escogieran a políticos con valores de la Iglesia Católica, que permitieran que Catalunya continuara siendo católica.
La Iglesia se movilizó. Y sus aliados naturales, la patronal, la banca y las rentas superiores (que también tenían sus razones para oponerse a las izquierdas, tanto estatales como catalanas) y los mayores medios privados de información y persuasión de Catalunya, liderados por el equipo editorial de La Vanguardia (conocida coloquialmente como la Masguardia) también lo hicieron. Y a ello se sumó TV3 y Catalunya Ràdio, que como he dicho anteriormente, continuó siendo instrumentalizada (con notables excepciones) por las fuerzas nacionalistas conservadoras. Estas fuerzas económicas y sociales habían considerado siempre a CiU como su portavoz político y se consideraban a sí mismas como las auténticas catalanas. Durante la mayoría de la historia de Catalunya, ellos fueron los que mandaban en el país y no podían aceptar que las izquierdas lideradas por un “charnego”, un trabajador inmigrante (Xavier Sala i Martín, la voz de esta derecha, definió en La Vanguardia al Presidente Montilla como “un hombre de escasa educación”). Su odio de clase, (enmascarado como el derecho natural de gobernar) se traducía en su oposición a las “clases poco educadas”, por no ser suficientemente catalanas. Esta acusación ha sido también una constante en esta misma historia de Catalunya. Y ello a pesar de que, en esta misma historia, las derechas de Catalunya siempre han antepuesto sus intereses de clase a su defensa de la identidad catalana. La mayoría –incluyendo la Iglesia- apoyaron el golpe militar y la dictadura que se estableció. Y todavía hoy, Montserrat, el centro espiritual de este nacionalismo conservador, tiene un monumento “a los caídos por Dios y por España” en la entrada del Monasterio, aún cuando lo han ido retirando gradualmente. Es cierto que Jordi Pujol, el fundador de CiU, fue detenido por su lucha antifascista. Pero fue la excepción. Artur Mas nunca luchó contra la dictadura en su juventud, y nunca se distinguió por su lucha por reivindicar la identidad catalana. Es una persona procedente de la burguesía catalana con una enorme ambición personal, que descubrió el nacionalismo conservador cuando vio lo rentable que era para sus ambiciones personales, comenzando a trabajar en el aparato de tal partido. Se caracteriza por sus constantes ambigüedades, aún cuando las presiones de sus bases y del movimiento independentista dentro del nacionalismo, le han llevado a definirse como independentista. Económicamente sus políticas son muy próximas a la banca y a la Gran Patronal. Su política económica es neoliberal, no carente de dureza, que tomó hasta hace poco a Irlanda como modelo. El fracaso de este último ha hecho derivarle hacia el modelo de David Cameron de la Gran Bretaña.
Las bases electorales de CiU, sin embargo, son más complejas. Como he indicado antes, es una coalición de un partido liberal (ahora neoliberal) y de un partido demócrata cristiano. Ambos partidos comparten, sin embargo, un nacionalismo muy conservador. Para este nacionalismo, el comportamiento del Tribunal Constitucional fue una enorme oportunidad para presentar a España como la anti-Catalunya, haciendo la identificación del Tribunal Constitucional con España, ignorando que las Cortes Españolas, representantes del pueblo español, habían aprobado el Estatut. La exclusión por parte del Tribunal Constitucional de elementos importantes del Estatut desde el punto de vista identitario (como considerar al catalán –de los dos oficiales, el catalán y el castellano- el lenguaje preferente en Catalunya), fue un enorme regalo electoral a CiU. Contribuyó a ello la decepcionante respuesta del gobierno y del PSOE, así como los predecibles comentarios de algunos dirigentes jacobinos del PSOE que ofrecieron la bandeja dorada al nacionalismo catalán. No les podía haber ido mejor. El millón y medio de participantes en la manifestación de Barcelona fue su resultado, poniendo el tema identitario en el centro de la vida política de Catalunya. No fue el Presidente Montilla –como se le ha acusado injustamente por parte de algunas voces del PSOE- el que puso el tema identitario en el centro del debate político. Fue el enorme retraso del Tribunal Constitucional y la muy tibia respuesta de Zapatero lo que lo hizo. Y de ahí la enorme movilización de las bases del nacionalismo, de las cuales, CiU fue el partido que se benefició más.
A estas bases se les infundía el mensaje, propagado por gran número de programas de TV3 y Catalunya Ràdio, de un nacionalismo conservador, que incluso incluyó la promoción de la independencia, presentando el notable subdesarrollo social de Catalunya como resultado de su “expolio” por España. En este mensaje, coincidían tanto los nacionalistas conservadores (como CiU), como los radicales (ERC). En realidad, la alianza CiU-ERC en el Consejo de Dirección Audiovisual de los medios públicos (TV3 y Catalunya Ràdio), fue determinante para mantener y promover el nacionalismo conservador catalán en los medios públicos. Resultó ser un gran error de ERC al no darse cuenta de que el nacionalismo promovido por TV3 y Catalunya Ràdio era la versión CiU, en lugar de la versión ERC. En realidad, TV3 llegó incluso a vetar un programa de televisión que debatía los méritos del republicanismo sobre la monarquía, resultado de las presiones de CiU, que no deseaba la radicalización de tal nacionalismo.
La confluencia de todos estos factores –la movilización de la iglesia, de la patronal y de la banca, y del nacionalismo conservador- explica la movilización de lo que Artur Mas llamó la noche de la elección “el ejército de la resistencia” frente al tripartito y sus reformas. Fue un ejército, con un elevado grado de militancia, ayudado por los jacobinos nacionalistas españoles de distintas sensibilidades, que con sus constantes observaciones sobre la realidad catalana (de la cual continúan publicándose ahora), mantuvieron vivos los nacionalismos catalanes y españoles que constantemente se autoalimentan el uno del otro.
La desmovilización de las izquierdas.
Esta enorme movilización de las derechas (situadas en el eje Catalunya versus España, y religión versus laicidad), no tuvo su contrapartida en las bases electorales de las izquierdas, muy desmovilizadas. Un factor importante (aunque no único), causa de tal desmovilización, fue la identificación de los socialistas catalanes con las políticas de austeridad del gobierno Zapatero. Las políticas de austeridad de tal gobierno, con la reforma laboral regresiva, la congelación de las pensiones, la reducción de los salarios de los empleados públicos (la mayoría de estas reformas fueron apoyadas por CiU) lo que llevó a una enorme abstención por parte de la clase trabajadora, la base electoral del socialismo en Catalunya. En el día de las elecciones, el grado de participación en los barrios pudientes (como Sarrià-Sant Gervasi) aumentó considerablemente (pasando en este distrito de 71.42% en 2006 a 77.47% en 2010), mientras que bajó en los barrios obreros (como Nou Barris, pasando de un 47.79% a 47.52%), un descenso menor pero que continuaba la tendencia descendiente que había estado experimentando en las últimas elecciones autonómicas. Desde 2003 la participación ha ido aumentando notablemente –un 5,6%- en los distritos electorales pudientes, y en menor grado, en los distritos de clase media (un 4,2%), mientras que ha disminuido en los barrios trabajadores (-0,2%). Mantener esta abstención obrera ha sido la estrategia de CiU durante muchos años, lo cual ha conseguido, enfatizando los temas identitarios en las elecciones autonómicas en Catalunya. La llamada al Concierto, como sistema de financiación de la Generalitat que ha hecho Artur Mas, el dirigente de CiU, la hizo anteriormente (en las elecciones del 2006), siempre consciente de que las posibilidades de que ello se apruebe son nulas, pero lo hace para centrar el debate político sobre el tema identitario, presentando el eje Catalunya-España como el centro del debate. La estrategia electoral de tal coalición ha sido siempre centrar el debate político en este eje.
Y es ahí donde está uno de los problemas para las izquierdas no soberanistas en Catalunya. Necesitan para gobernar alianzas con ERC, que, aún siendo de izquierdas, se alía con las derechas nacionalistas para convertir el tema identitario como el central del debate político, diluyendo así el eje derecha-izquierda, que CiU teme y no desea. De ahí viene, en parte, esta dificultad de centrarse en el eje derecha-izquierda, que requeriría además una estrategia de confrontación con los poderes establecidos (lo que el Partido Demócrata de EEUU define como “anti-Republican class strugle”, identificando al adversario, el Partido Republicano, como representante de los poderes fácticos, sean estos empresariales, financieros, eclesiásticos o mediáticos) que asusta o incomoda a muchos dirigentes moderados del socialismo catalán, que tienen gran influencia en la dirección del PSC. Hoy el partido socialista tiene mucho en común con el partido socialista francés, donde la mayoría de los delegados en sus congresos son universitarios o profesionales de clases medias de renta alta, con escasísima representación de la clase trabajadora. Y estos grupos profesionales (universitarios en su mayoría) son muy vulnerables a ser seducidos con el mensaje de la Tercera Vía (es decir, la introducción de principios neoliberales en la tradición socialista, peligro acentuado en la nueva generación de dirigentes del PSC), que han sustituido incluso el discurso y narrativa socialista, considerando la clase trabajadora como inexistente o amalgamada en unas clases medias, que intentan sustituir a las clases trabajadores como las bases electorales de su proyecto.
Esta moderación se ha reflejado en que muchas de sus reformas, aunque importantes, podrían haber sido más profundas. Pero lo que ha creado mayor decepción entre sus bases electorales (de las cuales la clase trabajadora catalana es la más importante) ha sido su aceptación a la respuesta neoliberal del gobierno Zapatero a la crisis. El tema social –el eje de la socialdemocracia- fue difícil de presentarse como alternativa al tema identitario cuando el gobierno socialista estaba llevando a cabo medidas antisociales que habían originado una huelga general de la clase trabajadora en contra de tales medidas. De ahí la enorme responsabilidad del gobierno Zapatero en la desmovilización de las izquierdas, tal como ocurrió con las reformas altamente impopulares del canciller Schröder, las cuales desmovilizaron a las bases electorales del Partido socialdemócrata, perdiendo, las elecciones legislativas en Alemania con la pérdida de la mitad de los militantes del Partido Socialdemócrata.
Ni que decir tiene que hubo también trasvases de voto del Partido socialista a otros partidos. La rama nacionalista del PSC (en su mayoría, aunque no todos, procedentes de los sectores profesionales) derivó parte de su voto a CiU. La clase trabajadora, sin embargo, derivó parte de su voto al PP, consecuencia de sus propuestas anti-inmigración y su supuesta defensa del castellano (maliciosa y erróneamente presentado como perseguido en Catalunya). El PP aumentó su voto en Pedralbes (clase burguesa) y en los barrios obreros en Barcelona. Pero la mayor causa de la pérdida del tripartito fue la abstención de la clase trabajadora. En realidad, puesto que en Catalunya y en España hay una relación inversa entre nivel de renta y participación electoral, y dado que casi la mitad de la población adulta (de renta mediana e inferior) que podría votar no vota, se debe concluir que la mayoría de la clase trabajadora (que representa alrededor del 48% de la población catalana) no vota en las elecciones autonómicas. Este es el gran problema de las izquierdas en Catalunya. Movilizar a esta clase trabajadora no será fácil. Pero no se movilizará a no ser que haya un discurso dirigido a tal clase en el que el mensaje de “ellos y nosotros” sea claro y contundente. Ello implica un discurso de enfrentamiento con la estructura de poder que no es probable que se de en partes de la dirección de las izquierdas. No es sorprendente que el único partido en el tripartito que ha mantenido un mayor nivel de lealtad de sus bases haya sido ICV-EUiA, que fue percibido como el partido más a la izquierda, aún cuando su discurso, más verde que rojo, disminuye su capacidad de movilización entre la clase obrera, la clase que hoy, en las elecciones autonómicas, está políticamente huérfana en Catalunya.

EL PLURAL, 6 de diciembre de 2010
http://www.vnavarro.org/?p=5049

martes, 14 de diciembre de 2010

El retroceso de las opciones progresistas

Interesantíssim article del professor Joan Antón Mellón:

¿Por qué se deja de votar socialista?

La izquierda solo recuperará el apoyo social si reivindica la política como rectora de la economía


La debacle del PSC en las elecciones autonómicas catalanas es un hecho incuestionable: en el 2003, los socialistas obtuvieron 1.031.454 votos, y siete años después han perdido la mitad: tienen 570.000, a 600.000 votos de distancia de la coalición ganadora, CiU. Este hundimiento es, en parte, una manifestación local de un fenómeno global, la gran crisis de la socialdemocracia europea: 23 países de los 27 que forman la UE están gobernados por la derecha.


Los partidos socialdemócratas europeos lograron, sobre todo a lo largo de los dos primeros tercios del siglo XX, importantísimos éxitos en aquellos países en los que pudieron aplicar, durante muchos años, sistemáticas políticas públicas democrático-socialistas: aumento del nivel y calidad de vida del conjunto de la población, eliminación gradual de privilegios e igualdad de oportunidades. Respetaron el sistema productivo capitalista, pero maniobraron para que los objetivos políticos socialistas pudieran regular, en la medida de lo posible, los factores económicos. Obviamente, el apoyo electoral popular a estos partidos era de una gran fidelidad.

Unos claros objetivos políticos socialistas, una potente cultura obrera comunitarista, el comportamiento honesto y ejemplar de las élites políticas socialdemócratas y una coyuntura económica de gran expansión entre 1945 y 1973 hicieron posible la realidad actual de los países escandinavos. Sin embargo, el cambio de coyuntura económica ese último año conllevó un factor de ruptura del consenso en la aplicación de políticas públicas keynesianas, intervencionistas y redistributivas. A partir de la crisis del petróleo, los partidos conservadores desarrollaron un conjunto de políticas para que los costes de las crisis recayesen sobre los sectores populares. El gran gurú de la derecha fue/es un resucitado Friedrich Hayek, y su mejor ideológo, el filósofo político Robert Nozick: «Toda redistribución es un robo que atenta contra los derechos individuales».

Durante los años 80 y 90 del pasado siglo, el neoliberalismo fue imponiendo gradualmente su creencia en la autorregulación mágica de los mercados y se afirmó, como un mantra, que el Estado no es la solución sino el problema. La socialdemocracia no se renovó política e ideológicamente y actuó a la defensiva, cuando no se pasó con armas y bagajes a la derecha, como el caso del inmenso buñuelo de viento de la Tercera Vía del laborismo británico liderada por Tony Blair (un liberal radical), según la cual a una economía de mercado le corresponde una sociedad de mercado, argumento inadmisible desde planteamientos socialistas.

En un mundo globalizado, en el que los procesos productivos se han transnacionalizado y se han mundializado los mercados financieros, la hegemonía es ejercida por el capital financiero apátrida y depredador... que solo contempla un único objetivo: maximizar las inversiones a costa de lo que sea. Como afirmaba Herbert Marcuse, ¿qué sistema es este que para garantizar su salud lo hace a costa del malestar de las personas? La ofensiva de la derecha ideológica, cultural, económica y política desborda a la socialdemocracia en un mundo que evoluciona de las sociedades industriales a las sociedades posindustriales y donde el peso económico básico pasa del sector secundario al terciario (servicios) y la clase obrera industrial pierde, gradualmente, su anterior gran peso sociológico. Profundas transformaciones económicas estructurales, cambios ideológicos y decisivos cambios culturales. Entre ellos la disminución paulatina de la importancia de la cultura obrera comunitarista y solidaria y su sustitución por subculturas hiper-

individualistas, consumistas e insolidarias.

Mientras que la socialdemocracia ha perdido el norte y se limita a ofrecer una buena gestión tecnocrática de las cuotas de poder que gestiona, la derecha conservadora tiene muy claros sus objetivos: defensa de los privilegios, disminución de las rentas del trabajo para mantener o incrementar las rentas del capital, recortes presupuestarios y reducción de los derechos sociales. Como es obvio, el resultado solo puede ser el aumento de la pobreza y de las desigualdades sociales, la precarización, el paro y el debilitamiento y la degradación de los servicios públicos. De ahí que sea tan grotesco oír a políticos que se definen de izquierdas decir que «bajar los impuestos es de izquierdas». Aceptar esa lógica de actuación política sin saber cuáles son tus objetivos finales democrático-socialistas solo puede conducir a la realidad actual de desafección de los votantes europeos con la socialdemocracia: abstención, voto conservador o aumento del voto a opciones de derecha radical populista.

La socialdemocracia no puede pretender combatir la crisis con los criterios y políticas de la derecha. Solo recuperará el apoyo social si defiende a los sectores populares de la desigualdad y la exclusión, reivindica la política como rectora de la economía y planta cara a los poderosos regulando sus desmanes insolidarios y destructores. Como afirma un sabio refrán castellano, el que no sabe a donde va aparece en cualquier parte.

Catedrático de Ciencia Política de la UB.

El 85% de los currículos de trabajadores mayores de 50 años acaban en la papelera

Ja ho veieu... A què ens ha portat el PSOE...

RRHH Digital. La principal causa de discriminación en el mercado laboral español, por encima del sexo, la religión o la procedencia del trabajador, es la edad, según un estudio elaborado por DBM España, que revela que el 85% de los currículos de trabajadores mayores de 50 años recibidos por las empresas acaban en la papelera.

14-12-2010 - El informe constata que las prácticas discriminatorias por edad se evidencian permanentemente en las ofertas y oportunidades de empleo, a veces de manera sutil, como por ejemplo, cuando se rechaza a un candidato que opta por una plaza vacante por estar "sobrecualificado", y otras veces de forma abierta, cuando se especifica un límite de edad para la contratación.

Otras formas de discriminación limitan a partir de cierta edad el acceso a programas de formación y promoción, o los obliga a jubilarse, para evitar ser permanentemente relegados en sus funciones y oportunidades de desarrollo.

DBM señala que en los países europeos existe un buen nivel de conciencia en torno a la problemática de la discriminación en general, pero no así a la generada por razón de edad.

En los países que conforman la Unión Europea, un 57% de la población estima que las personas a partir de los 50 años no tienen la capacidad de trabajar de manera eficiente, cifra que aumenta hasta el 64% en el caso español.

"El trabajador de edad no es un problema que, desde una perspectiva monetaria haya que minimizar, sino una fuente de ventajas y oportunidades que concilia la eficiencia económica y la eficiencia social. Para la economía en su conjunto, el aumento de la participación y de las tasas de empleo de esa franja de edad son cruciales para aprovechar plenamente la oferta de mano de obra", subraya en este estudio el director general de DBM España, Rafael Vara.

RRHH Digital

El talento, cabreado, prepara su salida de las empresas

Font: "EUROCOCOS"

¿Quién no siente que cada día trabaja más y cobra menos? Las empresas que no están cuidando a sus empleados perderán a los mejores en cuanto la crisis amaine. Y eso sí que será un problema

Aunque suene ya a algo muy lejano, la verdad es que sólo han pasado tres años de aquellos tiempos en los que las empresas se vanagloriaban de sus fantásticas políticas de beneficios sociales. La que no promocionaba las guarderías, vendía el horario flexible, el teletrabajo, los planes de pensiones, los seguros de vida, los cheques comida, o cualquier otra ventaja inigualable para su plantilla. Era una época en la que el tejido empresarial pugnaba por destacar en los rankings de las mejores empresas para trabajar. Pero esos tiempos acabaron. La llegada de la crisis puso en peligro las cuentas de resultados de muchas firmas, que no han dudado en meter la tijera y condenar los beneficios sociales al ostracismo. Si no, que se lo digan a Luisa Martín que, antes de la crisis, comandaba un equipo de contabilidad de siete personas en una aseguradora española. “Con la crisis, echaron a gente y finalmente nos quedamos tres en el departamento. La carga de trabajo aumentó exponencialmente, los sueldos no y, curiosamente, la empresa nunca perdió dinero”, se lamenta Luisa.


Su caso no es aislado. Todo el mundo conoce a alguien que siente que cada vez trabaja más y, con suerte, cobra lo mismo. “Los sueldos en vez de subir, bajan o se mantienen, aunque el IPC aumente”, comentan desde el sindicato UGT.

Como era de esperar, los recortes de plantilla, la hiperproductivad y los salarios congelados no han sentado bien a unas plantillas que, además, tienen que ver cómo se premia a los que siguen estas políticas restrictivas. Según el Institute for Policy Studies, en Estados Unidos los directivos que más despidos han realizado desde el inicio de la crisis económica (un mínimo de 3.000 en año y medio) tienen un salario medio de 12 millones de dólares, mientras que la compensación de los que más cuidan a sus plantilla es de 8,5 millones de dólares, un 30% menos. Esta extraña situación de premiar al que recorta no se repite en los países nórdicos ni en Japón. Allí, si una empresa va mal se despide a los directivos, pero en el resto del mundo, es el trabajador el que paga los platos rotos. “Hay un poco de psicosis en las compañías. A la consultora han venido empresas que querían reestructurar aprovechando la crisis, pero no tenían ni idea de por qué lo hacían. De hecho, muchas ni siquiera lo necesitaban”, afirma Begoña Parada de Mercer.


Esta curiosa política laboral quizá pueda dar alguna ventaja económica a las empresas en épocas de crisis, pero lo que la mayoría de ellas ignora es que cuando un empleado ve estas cosas, pierde el compromiso con la empresa y espera hasta el repunte económico. Cuando éste llega, se busca otro trabajo. “Los directivos intermedios son los primeros que intentar cambiar. Pero al poco tiempo, son los propios empleados los que se fugan. Este movimiento no es algo que ocurrirá en el futuro sino que ya está pasando desde antes del verano en España”, asegura Elisabeth Roux, directora general de Penna España. “Con la crisis, los empleados se han dado cuenta de que ellos han sacado lo mejor de sí mismos, pero sus jefes no lo han hecho. Ellos han ido mucho más allá de lo que deberían pero no ha habido respuesta por parte de la compañía. Según un estudio que hemos hecho, el 60% de los encuestados considera que su esfuerzo extra no se ha visto recompensado. Si das y no te dan, surge la desconfianza y pierdes la fidelización”, corrobora Germán Nicolás, director de Hay Group en España.


No le falta razón. Diversos estudios de RRHH desvelan datos desalentadores en este sentido. Por ejemplo en Gran Bretaña, donde el 59% de los trabajadores de las islas están buscando un nuevo trabajo, debido a que consideran que sus esfuerzos extras no son correspondidos. Por si fuera poco, el 85% de los que no intentan cambiar de empleo, sólo aguantan por la falta de oportunidades del mercado laboral. En España la situación es todavía peor. Según Randstad, el 90% de los empleados está abierto a cambiarse de empleo, mientras que sólo el 10% no lo contempla. “La huida laboral tras la recesión es una tendencia documentada. En crisis asumes menos riesgos, pero tras ella comienza la fuga y no sólo de la gente de más talento”, señala Carlos Viladrich, director de RRHH de la consultora Adecco.


Resulta evidente que la situación de muchas empresas en el futuro será difícil. Y no sólo por la hipotética fuga de talento, sino por problemas más cercanos, generados por la falta de motivación y el sobreesfuerzo de las plantillas. Conviene recordar que aunque aumente la carga de trabajo, la productividad de un empleado es inferior cuando no está a gusto en la empresa. Al menos eso es lo que desvela un estudio de la consultora Employee Branding, que cifra en un 18% menos la productividad en las firmas con mayores índices de movilidad laboral.

A pesar de estas cifras, todavía existen voces que piensan que la hiperproductividad no es el problema. “No creo que haya un exceso. Antes teníamos a mucha gente haciendo labores que la crisis ha demostrado que se podían hacer con menos personas”, sostienen en Mercer.


Sea como sea, la futura salida de la crisis y el posterior repunte del mercado laboral supone un reto para bastantes compañías. “Algunos ya se están preocupando por retener la fuga y buscan fidelizar. Parece que por fin se han dado cuenta de que una empresa no es más que la suma de unos individuos. Algo que parece de perogrullo pero que a muchos directivos se les olvida”, añade Roux.


Pero evitar la movilidad laboral es todavía factible. Según las consultoras, las soluciones pasan por disponer de la figura de un jefe que sepa pedir sacrificios, pero que al mismo tiempo también sea capaz de reconocerlo. Esto no quiere decir que al empleado le baste con las palmaditas en la espalda, o con que el jefe se vanaglorie ante los demás de lo bueno que es. Muy al contrario de lo que se piensa, al trabajador productivo no se le fideliza sólo con reconocimiento, también necesita un alza salarial. Pero también hay soluciones para las situaciones económicas que no permitan incrementos de sueldos. “Se puede y se debe acudir a la compensación flexible, que genera exenciones fiscales, como por ejemplo pagar en bruto el alquiler de la casa del trabajador, o la flexibilidad de horario”, explica Begoña Parada. “La clave no está en fidelizar al empleado con dinero, sino en alcanzar un compromiso. Para lograrlo hay varios puntos vitales: oportunidades de desarrollo en la empresa, equidad en lo que doy y me dan, respeto y carga de trabajo asumible”, asegura Roux.


Los expertos también hacen hincapié en mantener la confianza en la empresa y en el proyecto mediante la comunicación. “El empleado debe saber qué va a pasar en el futuro. Por lo que se debe hacer especial énfasis en la comunicación transparente. Nadie debe creer que la empresa esconde cosas”, añade Viladrich.


Por último, la empresa que quiera evitar la rotación debe saber cuáles son las inquietudes del empleado, y prepararle un desarrollo profesional acorde, lo que implica conocer al trabajador. Algo que para algunas empresas es visto como una pérdida de tiempo. Craso error. Las estudios indican que la posibilidad de una carrera profesional es el segundo motivo (tras el salario) para la permanencia en un trabajo. Sin un futuro claro, las empresas lo tendrán difícil para mantener a sus plantillas tras el repunte económico. Y eso sí que será una crisis de la que será difícil salir.

Sobre desempleados, familias y niños

Dels companys i companyes de "Eurococos":

Lo dice el propio Banco de España en uno de los artículos de su último Boletín Económico: el 40% de los desempleados de este país viven en hogares en donde todos sus miembros están desempleados. Ese dato significa, como señala el propio informe, que el 8% de la población activa vive en esa insostenible situación, 'una tasa de un orden de magnitud similar a la tasa de paro total de muchos países de la zona euro'.

14-12-2010 - A ese estremecedor dato, si lo analizamos en perspectiva humana y no meramente estadística, debemos sumar algunos más que nos detalla el propio informe sobre la evolución del desempleo en la economía española durante esta crisis.

Así, mientras que en el conjunto de la zona euro en los últimos dos años se ha destruido un 2,6% del empleo y la tasa de desempleo se ha situado en el 10,1%, en España la destrucción de empleo ha sido, en el mismo periodo, del 9,2% y la tasa de desempleo ha aumentado en 13 puntos porcentuales hasta alcanzar el 20,1% en el segundo trimestre de 2010.

El informe también dice que la tasa de paro del principal perceptor de ingresos del hogar se sitúa en un 13%, más de 3 puntos porcentuales por encima de la tasa que alcanzó en la crisis de los noventa, lo que demuestra que se ha elevado la probabilidad de que el o la cabeza de familia estén desempleados.

La conclusión es clara y la marca el propio informe: “estos resultados sugieren que la capacidad de protección adicional contra el desempleo que pudieran constituir los vínculos familiares es ahora menor que en recesiones anteriores”.


Al deterioro del mercado de trabajo y a la merma del Estado de bienestar viene a sumarse ahora la desestructuración de las redes familiares de última instancia

O, lo que es lo mismo, si hasta ahora habíamos asistido al deterioro de dos de los tres vértices tradicionales del denominado triángulo de la inclusión social, ahora ya nos hemos cargado también el tercero.

Y es que, por un lado, el incremento del desempleo ha tenido como consecuencia inmediata la imposibilidad de un 20% de la población activa para acceder a los ingresos salariales que le permiten mantener su vida en condiciones dignas, sin dependencias frente a terceros más allá de las que impone las desiguales relaciones que el sistema capitalista impone entre capital y trabajo.

Por otro lado, el incremento del desempleo, unido a los recortes en las prestaciones y derechos sociales realizados en nombre de la austeridad presupuestaria y el ajuste, están deteriorando a marchas aceleradas el sustrato material de un Estado de Bienestar que hace depender el acceso a gran parte de los bienes y derechos sociales que provee de la participación previa en el mercado de trabajo, en lugar de considerarlos como derechos de ciudadanía que no pueden negársele a cualquier ciudadano, esté o no trabajando, haya contribuido o no a su financiación.

Pues bien, al deterioro del mercado de trabajo y a la merma del Estado de bienestar viene a sumarse ahora la desestructuración de las redes familiares de última instancia. Cuando todo fallaba, cuando el desempleo se instalaba y el Estado no respondía, ahí estaba la familia para ofrecer cobijo frente a la intemperie. Y este pilar era especialmente importante en los países de la Europa mediterránea, en donde la debilidad del Estado de bienestar era mucho mayor. De hecho, como el propio artículo recoge: “Grecia, Portugal y España eran los países donde el porcentaje de parejas en las que ambos cónyuges están desempleados era menor [se refiere a antes de la crisis], pudiendo constituir un refugio para los hijos, los más afectados por el desempleo en estos países que, junto con Francia, sufren tasas de desempleo juvenil muy superiores a las del resto de países de la UEM”.

Ahora, con familias con todos sus miembros en desempleo; con ayudas misérrimas que apenas permiten sobrevivir una vez agotada la prestación por desempleo y que, a pesar de ello, han sido capaces de eliminar; con pensiones de miseria y que aún se atreven a congelar; con una tasa de desempleo juvenil que supera el 40%, la red de seguridad última que era la familia se ha acabado también por desvanecer.
Y como demostración de hacia dónde avanzamos –si no es que estamos ya allí- valgan los resultados del último informe del Centro de Investigaciones Innocenti sobre la infancia en los países de la OCDE.
A través de él nos enteraremos de que, con el 17,2%, somos el segundo país de la OCDE con la tasa de pobreza infantil más alta, tan sólo por delante de Portugal y con datos referidos a 2008, esto es, antes de que la crisis explotara en toda su intensidad en nuestro país.

Estamos pasando de la sociedad del bienestar a la sociedad del funambulismo sin red de protección y, como no podía ser de otra forma, los primeros en caer, trastabillando, son los más débiles entre los débiles

Además, también sabremos al leerlo que la capacidad del Estado de Bienestar español para amortiguar las desigualdades sociales generadas por la distribución primaria de la renta del mercado es penosa: si la tasa de pobreza infantil antes de la intervención pública es del 18,5%, una vez que el Estado ha intervenido ésta apenas se reduce al 17,2% (para poner ese dato en perspectiva, adviértase que en Irlanda, por ejemplo, la acción redistributiva del Estado consigue reducir la tasa de pobreza infantil de un 34% a un 11%).

Y, finalmente, para acabar de redondear el pastel, acabaremos sabiendo que el principal factor que explica la pobreza infantil es la desigualdad en los ingresos. De forma que en un contexto como el español, en el que los ingresos no sólo están desapareciendo en miles de hogares sino en el que el Estado está renunciando a su tarea de redistribución de la renta hacia los más desfavorecidos a favor del sistema financiero y los grandes intereses económicos del país, las perspectivas para los niños son cada vez más oscuras.

Y es que estamos pasando de la sociedad del bienestar a la sociedad del funambulismo sin red de protección y, como no podía ser de otra forma, los primeros en caer, trastabillando, son los más débiles entre los débiles.Δ

Alberto Montero es profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga. (www.albertomontero.com)

jueves, 9 de diciembre de 2010

Es la lucha de clases, necio (¡La economía hace agua! ¡Arrojad a la población al mar!)

POR XAVIER CAÑO TAMAYO*. Recortar derechos económicos y sociales es retroceder al primer tercio del siglo XX, escenario de una lucha de clases que silencian las minorías privilegiadas para que no hablemos de ella

El New York Times informaba sobre el pánico en Wall Street por el descenso en picado de las acciones. El Gobierno depositó fondos en bancos para evitar el desastre, pero hubo una larga recesión. Era el 21 de septiembre de 1873, primera gran crisis del capitalismo. Y luego ha habido tantas...
La crisis actual es más feroz. Pero no era inevitable ni un misterio insondable. “Desde hace 10 años denunciamos las privatizaciones, denunciamos que las leyes europeas aseguraban el descontrol de los movimientos de capital y nos opusimos a la Constitución Europea porque protegía los paraísos fiscales. Llevamos diez años denunciando la especulación y la avaricia”, recuerda Lourdes Lucía, de Attac.
Y no se vislumbra salida. Vamos hacia atrás. ¿Por qué no salimos de esta crisis?

Vicenç Navarro, catedrático de las universidades Pompeu Fabra y Johns Hopkins, recuerda que conocemos la respuesta a la crisis por anteriores recesiones. Más gasto público para que, invertido, cree empleo; más personas tienen empleo, ganan salarios y consumen bienes y servicios. E imprimir más dinero para que empresarios y ciudadanos tengan acceso a créditos, abaratando el coste del dinero, bajando los intereses. Así se estimula la economía, como recuerda constantemente el Nobel Stiglitz, entre otros, por ejemplo. Pues bien, Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional, denuncia Navarro, imponen lo contrario: austeridad espartana en gasto público, reducir la producción de euros y aumentar ya los intereses bancarios. Aunque la inflación europea sea la más baja desde 1953.

Es un maldito suicidio económico. Pero los neoliberales partidarios de la austeridad a ultranza dicen que hay que recuperar la confianza de los “mercados”. Esos mismos “mercados” que con su actuación codiciosa y especulativa han generado la crisis. De la calaña moral de esos “mercados”, sobre lo que buscan de verdad, da cuenta, por cierto, un estudio del Institute for Policy Studies de Washington. Desvela que los consejeros delegados de las cincuenta mayores empresas de Estados Unidos que despidieron a más gente, más dinero ganaron. Una media de 42% más de ingresos. Y luego esos “mercados” (porque ésos son, entre otros, los “mercados”), para continuar enriqueciéndose impunemente, imponen recortes sociales y planes de ajuste a los gobiernos.

Como el recorte en el que insiste el gobernador del Banco de España, Fernández Ordóñez. Retrasar la edad de retiro y reducir las pensiones de los futuros jubilados (que eso significa esa “reforma”) permitirá recuperar la confianza de los mercados, dice, porque despejará las dudas de los inversores internacionales. Los especuladores.

La minoría privilegiada agrede frontalmente a la ciudadanía en esta lucha de clases. Y va ganando. Dicen que el diablo vence cuando convence de que no existe y la minoría privilegiada ganará si convence a la ciudadanía de que lo que pasa no es lucha de clases. Recortar derechos económicos y sociales, reducir pensiones y salarios de las clases trabajadoras más reducir partidas sociales en los presupuestos estatales... es retroceder al primer tercio del siglo XX. Menor protección social, menos derechos, salarios más bajos...

España es buena muestra. Con un desempleo del 20%, un 65% de asalariados solo gana unos 1000 euros mensuales con muchos contratos precarios y condiciones laborales leoninas. ¡Mil euros! Cuando alquilar una vivienda decente, por ejemplo, cuesta de 500 a 900 euros mensuales. ¿Cómo vivir con decoro con pocos centenares de euros, tras pagar la vivienda? ¿Y como activar la economía con salarios que no permiten adquirir bienes y servicios?

El Roto pone en clave de humor en una ilustración los ataques de la minoría privilegiada cuando un personaje grita: ¡La economía hace agua! ¡Arrojad a la población al mar!

Frente a la codicia neoliberal la respuesta ha de ser colectiva. Como ya hacen en París, Londres, Roma... Y Grecia, donde en muchos hospitales públicos el personal sanitario invita a los pacientes a no pagar la tarifa de 3 euros impuesta por el gobierno griego, mientras ocupan las oficinas de modo simbólico para bloquear el cobro a los ciudadanos. “Cuando el Estado priva al pueblo de su derecho a la atención sanitaria gratuita, los médicos hemos de responder por nuestro compromiso ético”, dicen desde la Federación de Médicos de Hospital griega. E invitan a los ciudadanos a la desobediencia masiva.

Posiblemente sea la hora de la desobediencia civil.

*Periodista y escritor.

HIP HOP UNDERGROUND DEL BO!!!



Carta de una empleada pública de Granada a Carlos Herrera, de ONDA CERO

Estimado Carlos:

         Mis motivos para escucharte cada mañana no han sido otros que el placer de escuchar una información imparcial, coherente y objetiva, cualidades........ indispensables en el oficio de periodista pero que en pocos medios de comunicación españoles, y ahora creo que en ninguno, es fácil encontrar. He disfrutado también muchísimo de tus grandes dotes de comunicador y, sinceramente, me he divertido bastante oyéndote.
         
       Y por eso lo siento mucho.
      Siento mucho haber tenido que ver al final tu faceta más humana desde el punto de vista negativo. Ver como la imparcialidad, la coherencia y la objetividad han ido abandonando tus opiniones a medida que el tema de la crisis económica avanza. He soportado día tras día ver que, primero, lanzabas indirectas para que se "metiera mano" (lo siento, no se me ocurre ahora mismo una forma más correcta de decirlo) de una vez a los empleados públicos. Y, después, desde hace unos días, comprobar la satisfacción que te causa el hecho de que por fin el Gobierno haya adoptado esta medida que, entre otras, recorta el gasto público.

   Querría hacer un inciso aquí. Parece que hay muchas personas que sólo pensáis en el gasto que ocasionamos a vuestros (nuestros también, no lo olvides), bolsillos. Olvidáis y os reís de la "PRODUCCIÓN " pública que es la que justifica este gasto. Es que ni pensáis en ella. No estoy hablando de altos cargos puestos a dedo que estropean más que arreglan y que no se irán, no lo dudes, sino de los "curritos" que como en cualquier empresa trabajamos nuestras treinta y siete horas y media semanales, en muchas ocasiones en condiciones más que complicadas porque no contamos con los medios suficientes para poder estar a la altura de lo que se nos responsabiliza. Atendiendo a público cabreado e impaciente, cuidando y formando a vuestros hijos, responsabilizándonos de la salud de pacientes a los que tenemos que ver en tiempo record, manteniendo y limpiando los espacios en los que vivís, protegiendo vuestra seguridad.... En fin....

   Igual tú no has necesitado de estos servicios porque puedes pagar medios  privados: gestores, colegios, clínicas, médicos, seguridad, etc...., pero te aseguro que gran parte de la población, entre la que me encuentro, los necesitamos porque nuestro sueldo, los privilegiados que lo tenemos, no da para más. De los que no lo tienen, ni te hablo.

  En fin, te he escuchado defender esta medida y....bueno, es tu opinión como la de muchas personas. Injusta, indicadora de un desconocimiento total de la, labor que realizamos (¿cómo la vas a conocer si, como te decía, poco tendrás que usarla?) y, por lo que a mí respecta, triste. Es de MI TRABAJO, del que hablas. El que crees que hay que remunerar menos. El que infravaloras en definitiva.

  Pero en fin, he seguido escuchándote a pesar de todo porque no hacías más que manifestar eso, una opinión. Pero hoy voy a dejar de hacerlo. Hoy he comprobado que te has vuelto parcial, incoherente y subjetivo. Y ya no me parece interesante oírte.

  Ahora que el Gobierno ha dejado de mirarme y te mira a ti, que entiendo te cuentas entre las afortunadas personas que ganan más de 80.000 euros al año, te sientes indignado. Ves los "peros" de dejar a los ciudadanos con menos dinero que gastar y te parece que esa medida es injusta y poco útil, peor aún, que puede ser devastadora para los mercados.

  Ya. ¿Para qué mercados? ¿Para las grandes firmas como Loewe? ¿Para la casa Mercedes ? ¿Para el hotel Alfonso XIII? ¿Para restaurantes como Zalacaín o La Broche? Te aseguro que los que ganáis más de ochenta mil éuros al año
(declarados) no vais, por la subida de un punto o dos más en el IRPF a dejar de gastar en ellos. Ni lo van a notar, te lo aseguro. Ese mercado no se va a ver resentido. Y si no podéis vosotros, cosa que dudo, ya seguirán acudiendo a él los que no declaran las fortunas que ganan. Siempre ha sido así. A estas grandes empresas, nunca les fallan sus clientes.

    Las tiendecitas de barrio, el bar que hay debajo de casa, los restaurantes normalitos, los hoteles de dos y tres estrellas, las gamas bajas de vehículos.... ese mercado que es el al que podemos acceder la mayoría de los españoles y del que viven otros tantos, como no es frecuentado por las personas que ganan más de 80.000 euros al año, igual sí que se ve afectado.

  Tiendo a pensar, por la parte que me toca, que el recorte de sueldo de los empleados públicos, que sin ningún pudor ni conocimiento defiendes, sí que le va a hacer daño. Sí que le va a hacer daño la congelación de las pensiones. Llegamos a fin de mes justitos, así es que el dinero que nos quiten ahora, lo tendremos que quitar de nuestro consumo en estos establecimientos/empresas. A este recorte, por cierto, tenemos que añadir la subida del IVA y de la energía eléctrica, de las que tampoco nos libramos. Así es que los mil/mil quinientos euros que ganamos la mayoría de nosotros, una vez que nos apliquen el recorte salarial, como podrás comprender a poco que sumes, se nos irá en pagar la hipoteca/alquiler, la comida, el agua, la luz.... y poco más nos quedará para el consumo.

   Carlos, todos podemos traernos al trabajo el desayuno de casa, no hay mucho problema. También podemos aguantar con los zapatos y la ropa del año pasado, tomarnos en casa la cervecita con nuestros amigos, comer con ellos también en casa en lugar de ir a un restaurante de vez en cuando y "aguantar" el coche un poco más. El problema será para el dueño del bar que vivía de servir desayunos a esa "panda de vagos" que somos los empleados públicos. Para el dueño de un pequeño comercio de ropa o calzado, del restaurante sencillito, del hotel familiar, del supermercado de barrio, del concesionario que vende coches de ocasión.... Y para sus empleados. Este sector de mercado lo tendrá realmente bastante más difícil para sobrevivir que el de Loewe, Zalacaín, el hotel Alfonso XIII o la Mercedes.

    Y, como te comentaba, a éste mercado es al que accedemos la mayoría de los españoles. Sin ninguna duda al menos, los funcionarios, como nos llamas a todos, y los pensionistas.

   Mira, te voy a mostrar lo que entiendo yo por solidaridad, por responsabilidad, por coherencia y por justicia.

   Yo no tengo ningún problema en apretarme el cinturón (si es que esto, como dudo, puede solucionar algo), para que con este dinero se puedan pagar subsidios de desempleo, gastos sociales y disminuir el déficit del Estado. Para que podamos salir de esta situación caótica en la que la coyuntura mundial y la vergonzosa ineptitud de nuestra clase política (de todos los signos) nos han metido. Creo que es absolutamente necesario, justo y razonable. Pero hay dos aspectos que me harían sentirme más conforme y más tranquila.

   Uno de ellos sería que de este esfuerzo que se nos exige a los pensionistas y empleados públicos no se escape nadie en este país. Que contribuyamos TODOS y TODOS arrimemos el hombro. Ricos y menos ricos. Empleados públicos y PRIVADOS. Todos los trabajadores y los dueños de grandes fortunas. No os pongáis a temblar los que ganáis más, que vosotros lo vais a notar relativamente poco.

   El segundo aspecto que me haría no plantearme siquiera sentirme molesta con este recorte es que una vez que esta situación pase, que pasará como todas las crisis, se nos devolviera a TODOS también el poder adquisitivo que teníamos antes de padecerla. Que no sólo lo privado se beneficie de las épocas de bonanza mientras que a nosotros se nos mantiene, incluso yendo el país bien, en la misma situación económica que en los momentos de "urgencia social". Que cuando pasen esos momentos, se nos restituya a la situación que teníamos antes de la crisis como a todo hijo de vecino. No pretendería más.

    Con estas dos condiciones, entrego gustosamente mi dinero para contribuir a que nuestro país no se desmorone del todo. Para ayudar al que ahora mismo tiene la desgracia de estar en paro y a sus familias. Lo entrego con los ojos cerrados. Por solidaridad, por responsabilidad y porque lo considero justo.

  Pero tú y yo sabemos que no va a ser así. Que nunca ha sucedido así.

  Carlos, todo lo que de justo tiene que yo tenga que contribuir al arreglo de esto, lo tiene de injusto el hecho de que no seamos todos los que lo hagamos. Que tenga que seguir contribuyendo a esto aún cuando "esto", haya pasado. ¿Me puedes dar una sola razón para que no se toque a grandes sueldos que no han sido recortados; a las grandes fortunas? ¿Me la puedes dar para que las subidas salariales que se nos aplican después de las "crisis" se hagan en un porcentaje muy inferior al de la subida del IPC del año que toque y sobre sueldos congelados (ahora, reducidos) durante sabe Dios cuántos años esta vez?.

   Esto no es demagogia. Es la realidad pura y dura. Creo que objetiva, imparcial y coherente. Como eras tú antes de ver peligrar un poco de lo mucho que tienes.

  Si quieres, te puedo dar un consejo acerca de cómo pasar el mal rato de ver horrorizado que ahora te puede tocar a ti: Sencillamente, aprieta los dientes y aguanta. Es la medicina que tomamos nosotros, los "funcionarios", como nos llamas. Y ahí vamos, tirando "palante". Trabajando exactamente igual, con la misma responsabilidad, que cuando ganábamos más. Asumiendo por añadidura el trabajo de los compañeros a los que no se sustituirá por la crisis.


    Otro inciso: no querría pensar que ahora te estás cuestionando la calidad del trabajo de PROFESIONALES de la medicina, de la enseñanza, de la gestión, de la investigación, de la seguridad..... no querría pensar que la ancestral imagen del "funcionario" de manguito vago, poco formado e inútil, aún está en tu mente. No puedes ser tan....limitado. Y, a todo esto, no todos somos funcionarios, te rogaría que nos denominaras bien si quieres generalizar. Te informo de que la designación exacta es: Empleado Público. Algunos de nosotros tampoco tenemos la estabilidad en el empleo que tanto se envidia y que, al parecer justifica todo lo que se nos diga o haga. Hay muchos contratados laborales a los que también se les aplica, por cierto, la bajada de retribuciones y que también pueden ser despedidos cualquier día.
    Y aquí acabo. Sé que esta carta no la vas a leer en tu programa, por su extensión y por su contenido. No importa, sólo quiero que la leas tú (de darle difusión, ya me encargaré yo misma) y que pienses un poquito, si te dignas, en lo que te cuenta esta humilde ex-"forofa" tuya. Y que, si es posible, dejes de amargarles las mañanas a los TRABAJADORES públicos, aunque me temo que probablemente esta carta tenga el efecto contrario si tienes la soberbia que, no sé por qué, ahora te presupongo. Será por lo que me has cabreado y ojala me equivoque.

  Un saludo y que Dios nos pille confesados. A TODOS, Carlos.

 Concha.

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P.D.- Me dirijo a tí, compañero o compañera empleado público: ayúdame a dar publicidad a este escrito... PÁSALO!!!!!!! Muchas gracias...